“Es fundamental no quedarse encasillados con un solo mercado. Necesitamos nuevos destinos para colocar nuestros productos y generar divisas a través de las exportaciones”, remarqué en ese encuentro que reunió a referentes de más de 14 países. Allí, quedó claro que quien no mira al mundo, queda afuera.

También insistí en la importancia de participar en ferias internacionales y exposiciones. “Son vidrieras que nos permiten mostrarnos, comparar niveles y establecer contactos reales con clientes”, subrayé. Sin esa presencia activa, nuestras pymes pierden competitividad y oportunidades.

El WEF Ecuador fue más que un foro: ofreció becas internacionales, mentorías y un espacio para pensar la economía con perspectiva de género. “Estos espacios son inspiración y motor para crear empleo y fomentar la participación femenina en el comercio global”, sostuve en mi exposición.

Como presidenta del Grupo Delia Flores y fundadora de GEMA, sé lo difícil que es abrirse camino en sectores donde la presencia femenina fue históricamente escasa. Pero también sé que, cuando se apuesta a la internacionalización, se abren puertas que parecían inalcanzables.

Argentina tiene talento y capacidad. Lo que falta es visión estratégica y decisión política para hacer del comercio exterior una verdadera política de Estado. Porque el mundo no nos espera: o diversificamos, o nos quedamos atrás.

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